CAPOTE POR PARTIDA DOBLE

Aún pasmados por la impresionante recreación-copia que Philip Seymour Hoffman hizo de Truman Capote en el biopic que se estrenó el pasado año, (y esperando la encarnación que hace del mismo personaje Toby Jones en Historia de un crimen, otro acercamiento a la misma historia que contó Bennet Miller en Capote) parece ser que este autor se ha puesto de moda. Revisiones de su obra, visionados de las películas que se basan en las mismas y reportajes sobre uno de los más grandes nombres de la literatura estadounidense contemporánea se mezclan en estos días, en los que el brillo de la estatuilla conseguida por Hoffman-Capote aún reluce en la mente de muchos.
De Capote puede que este todo dicho con esta introducción. Gracias al cine, una novelita suya sin más trascendencia alcanzó status de joya. Desayuno en Tiffany´s que Blake Edwards convirtió en delicia fílmica hizo que Capote ganara enteros como narrador. Pero fue con el caso de Dick Hickock y Perry Smith con el que nuestro protagonista alcanzaría el estrellado definitivo.
El 15 de noviembre de 1959, en un pueblecito de Kansas, los cuatro miembros de la familia Clutter fueron salvajemente asesinados en su casa. Los crímenes eran, aparentemente, inmotivados y no se encontraron claves que permitieran identificar a los asesinos. Cinco años después, Dick Hickcock y Perry Smith fueron ahorcados como culpables de las muertes. A partir de estos hechos y tras realizar largas y minuciosas investigaciones con los protagonistas reales de la historia, Truman Capote dio un vuelco a su carrera de narrador y escribió A sangre fría, (por cierto llevada al cine por Richard Brooks de forma magistral), la novela que le consagró definitivamente como uno de los grandes de la literatura norteamericana del siglo XX. Capote sigue paso a paso la vida del pequeño pueblecito, esboza retratos de los que serían víctimas de una muerte tan espantosa como insospechada, acompaña a la policía en las pesquisas que condujeron al descubrimiento y detención de Hickcock y Smith y, sobre todo, se concentra en los dos criminales psicópatas hasta construir dos personajes perfectamente perfilados, a los que el lector llegará a conocer íntimamente. A sangre fría que fue bautizada, de forma innovadora y provocadora por el mismo autor como una "non fiction novel", alcanzó un éxsito inmediato y le otorgó a Capote la entrada en el Olimpo de los narradores.
Capote llegó a investigar este caso como parte de su trabajo de periodista en el The New Yorker. Cuando vio el material que tenía entre manos, supo que esta iba a ser otra gran obra. Usó la base periodística para hacer un relato frío, cercano a los asesinos pero no creo que sesgado (algo de lo que han tildado los enemigos de Capote a este libro). La narrativa punzante del escritor atrapa al lector de una manera instantánea. La violencia descrita, la brutalidad en estado puro son dos características que hacen que esta obra sea impactante y estremecedora de principio a fin. Por cierto, quien sea amigo de morbos fáciles y tenga interés en conocer cuán de cercana era la relación entre Truman Capote y Perry Smith (me dicen que el nuevo James Bond, Daniel Craig hace una interpretación fantástica de Smith en Historia de un crimen), que vea la película interpretada por Seymour Hoffman a falta de ver la versión 2007 de esta historia. Por el contrario, quien quiera deleitarse con uno de los grandes novelistas americanos del siglo XX, que se quede con la novela.
Por último y para aquellos que no están convencidos aún, unas palabras del propio autor: "Soy alcohólico, soy drogadicto, soy homosexual. Soy un genio”. Pues eso.
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