RKO 281
La semana pasada me encontraba preparándome una opípara cena, cuando entre una ensaladita y un filetito, hice zapping y me encontré con una película, mejor una TV movie, forma fina de llamar a los telefilms de toda la vida, llamada RKO 281. Poco llamará la atención tal título, pero si os digo, que la RKO fue una de las productoras más importantes del cine clásico y que ese número corresponde a la primera película de un genio llamado Orson Welles, ya estarán más situados en lo que os cuento. En efecto, ese era el número de bobina de Ciudadano Kane.
En ese telefilm de la cadena HBO, el Canal+ americano, se narraba la génesis de la idea, el desarrollo y la confrontación del jóven e irascible genio con William Randolph Hearst, magnate de la comunicación y en cuya vida, dicen, se basaba el film.
Ejercicio interesante el de conocer cómo se gestó una de las películas que están en todas las listas de las mejores de la Historia y papeles muy creíbles interpretados por gente de la talla de John Malkovich, Melanie Griffith, Roy Scheider o james Cromwell. Para el papel de Welles, se escogió a un principiante Liev Schreiber, que borda el papel del actor-director y encima da el pego físico.
Es curioso ver en el telefilm como se reconstruyen escenas de la película original, como aquella en la que se ve a un Kane destrozado después de su derrota electoral y la conversación con su más íntimo amigo, interpretado por joseph Cotten.
Si habéis visto y amado Ciudadano Kane, veréis con gusto y llegaréis a amar, esta pequeña obra de título RKO 281.
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Un acercamiento muy personal al Séptimo Arte, una visión que es una más, sólo eso, ni mejor ni peor. Sobre gustos no hay nada escrito, y todo depende del cristal con que se mira. El cinéfago expone y tú opinas.