THE GHOST OF TOM JOAD
La primera vez que la ví acabé triste, desesperado, amargado y con una desazón total. Que te cuenten que lo de la tierra prometida, lo del sueño americano y lo de hacer dinero rapidamente al otro lado de la pesadilla del crack del 29 es del todo posible, es algo apetecible. Pero darte de bruces con la realidad es muy doloroso.
Esta es la premisa con la que contaba John Ford en 1940 al adaptar Nunally Johnson la novela del premio Nobel John Steinbeck que contaba la "huida" hacia una mejor vida de una familia de granjeros de Oklahoma, que esperaban encontrar en California su paraíso particular, la cristalización del sueño americano, la "tierra prometida".
Ciertas escenas de esta película te dejan petrificado, como aquella en la que un granjero relata como murió su hijo con los síntomas de una pertinaz hambruna y todo porque él no podía encontrar un trabajo con el que ganar unos pocos centavos.
No es una película optimista. Ya he dicho que el que la vea va a acabar echo polvo, pero esa era la realidad de aquella época y también la de hoy, donde cada año aumenta el número de pobres en las calles de los países del Primer Mundo. Por no hablar de los de "segunda o tercera
división."
Ese año se enfrentaban dos grandes en la ceremonia de los Oscars: Ford y Hitchcock que ese año había filmado "Rebeca". El galardón se lo llevó al final Ford. Pero podría haber sido cualquiera de los dos. Ambos están entre nuestros favoritos.
Eran otros tiempos, donde los Oscars se regían por la calidad y no por el marketing.
'el mejor cine es aquel que puede percibirse con los ojos cerrados'
'no es un arte, sino un aroma'
'me gusta que las películas tengan comienzo, nudo y desenlace, pero no necesariamente en este orden'
'dime lo que comes y te dire lo que eres'
SOBRE este sitio
El hombre no sólo se alimenta
con las viandas habituales...
algunos necesitan
de otras cuestiones,
el cine es una de ellas.
Un acercamiento muy personal al Séptimo Arte, una visión que es una más, sólo eso, ni mejor ni peor. Sobre gustos no hay nada escrito, y todo depende del cristal con que se mira. El cinéfago expone y tú opinas.